Capítulo — Epílogo :Luz para volver a ver
El lobby del Hotel Cinco Estrellas de Punta del Este parecía un escenario soñado. Arañas de cristal iluminaban cada rincón, banderas de distintos países colgaban junto a las pantallas gigantes, y un murmullo expectante recorría el salón como una corriente eléctrica. Sofía Rojas respiró hondo mientras acomodaba a Ayden en sus brazos. El bebé, con apenas unos meses, abría los ojitos curiosos hacia el resplandor de las lámparas. Ese simple gesto era el recordatorio de que el milagro ya estaba con ellos: su hijo veía.
“Gracias, Dios”, pensó, apretando la manito del pequeño, sintiendo cómo todo el peso de las noches de angustia se transformaba en gratitud.
La familia Martínez Montes había llegado temprano. Anahír, con Nicolás, tomaba asiento junto a sus gemelas Alma y Brisa, que no dejaban de mirar a Gabriel como si fuera un héroe de cuento. A su lado, Alejandra, con Damián Torres y su pequeño Alejandro, completaban el cuadro de afectos. Sofía l