Capítulo — Una tía en acción
La mañana del viernes comenzó con nervios disfrazados de emoción. Julia había pasado toda la mañana hablando de su fin de semana “especial”: cuidaría de su primito Ayden junto a la tía Sofía y el tío Adrián. Cuando Guillermo estacionó frente al edificio, ella ya estaba con la mochila lista, abrazando su unicornio de peluche como si fuera un amuleto.
Lili no bajó del auto, pero Sofía salió a recibirlos. Tenía el bebé en brazos, envuelto en una manta blanca con detalles celestes. Al ver a Julia, le sonrió.
—Llegó la refuerza oficial de la guardia nocturna —dijo Sofía, divertida.
Julia se rió y corrió a abrazarla con cuidado, como si Sofía fuera de cristal. Luego estiró las manos hacia el bebé.
—¿Lo puedo ver de cerca?
—Claro que sí, mi amor. Pero primero saludá a tu tío —respondió Sofía, señalando a Adrián, que venía detrás con una sonrisa orgullosa.
Adrián levantó a Julia del suelo en un abrazo.
—¡Qué grande estás! Ya sos casi una señorita.