Capítulo — La noticia más esperada
La sala de espera estaba cargada de tensión. Isabel caminaba de un lado al otro con las manos entrelazadas, murmurando oraciones en silencio. Julia se aferraba al brazo de Lili, que, en su silla de ruedas, no paraba de repetir como un mantra:
—Va a estar todo bien… lo sé, va a estar todo bien.
Fabián estaba sentado, pero el repiqueteo de su pie contra el suelo delataba su impaciencia. El tic se volvió insoportable hasta que, de pronto, rompió el silencio:
—¿Y entonces… ya sabremos? ¿Si el bebé… podrá ver?
El aire se congeló. Todos lo miraron con un nudo en la garganta. Él mismo entendió la inoportunidad de la pregunta y bajó la mirada, ruborizado.
—Perdón. No debí preguntar eso ahora…
Isabel le tomó la mano con ternura, suavizando la tensión.
—Vas a ser abuelo, Fabián. Eso es lo que importa ahora.
Los ojos del hombre se humedecieron. Se levantó y abrazó a Isabel, a Julia, a cualquiera que tuviera cerca. Y con una risa nerviosa confes