El amor y sus complicaciones.
Darían no pudo aguantar la incertidumbre y sin ingresar a la casa rodeó todo el jardín hasta llegar al frente. Desde su escondite detrás de la pared del jardín, veía a su hermano y a Bryan en plena discusión. Bryan, con un gesto desafiante, decía:
—Es que tú no la mereces, por eso la voy a conquistar.
Dylan, a su vez, le gritaba:
—¿Quién eres tú para determinar si la merezco o no? ¡Ella es mi esposa y te quiero lejos!
Sin embargo, Bryan se mantuvo firme.
—Eso no lo decides tú—, respondió con una mirada fría.
» Hasta que Judith no me pida que me aleje, me mantendré a su lado.
«Veo que esto no va por buen camino», analizó Darían observando detenidamente cada movimiento que hacía su hermano con los cuales se le veía la intención de golpear a Bryan.
Ella sintió una punzada de angustia en el pecho, aunque su hermano y Bryan llevaban tiempo en malos términos, nunca habían llegado a algo tan serio; al menos no en su presencia y solo quería darle un susto a Bryan no que Dylan lo madure