[ZAED]
Una semana. Una semana en la que cada día ha sido un tormento, una condena que me recuerda que no solo fallé a Alya, sino que también la he perdido a manos de mi propia torpeza. Isabella… su embarazo, la obligación de mantener las apariencias, el miedo de enfrentar a mi padre, todo me ha atrapado en un laberinto sin salida. Y Alya… Alya sigue en mi mente, cada respiración, cada recuerdo, cada promesa rota.
Hoy no puedo más. No puedo soportar estar lejos de ella ni un segundo más. Tengo que verla, hablar con ella, enfrentar lo que siento… aunque duela. La única información que tengo es que esta en la empresa y solo espero a que salga hasta que la veo salir y sí, la sigo. Cada semáforo, cada giro de mi auto deportivo, aumenta la tensión en mi pecho. No es solo culpa lo que siento; es desesperación, necesidad, una urgencia que no puede esperar.
La veo desde mi coche. Está caminando entre la multitud, elegante, decidida, con esa seguridad que siempre me dejó sin aliento. Pero hay a