Ellie, fue poco lo que logró dormir en aquel lugar, sonidos extraños provenían de las demás habitaciones, eran sonidos de mujeres que trabajaban en las calles de noche y sus acompañantes, hombres adinerados que buscaban consuelo.
"¿En qué momento se vino a éste lugar?" —para ella, venir a este hotel había sido una mala decisión, aunque siendo un hotel de buena reputación, dejaba mucho que desear.
"Quiero dormir" —replicaba con tristeza, aunque fue a eso de la una de la mañana que logró conciliar el sueño, siendo vencida por el cansancio, los golpes y el dolor de los mismo.
—¿A dónde irás tan temprano? —le cuestionó Augusto a Sandro, estaba avergonzado por su actuar del día anterior, fingiendo ser un hombre recto cuando sabía que lo único recto que tenía él, era la carrera que dividía su cabello a un lado.
—Iré por Ellie, y posteriormente iré a trabajar, tengo cosas que hacer padre.
Sandro, tenía algunos negocios por aquí y por allá que daban buenos frutos, y, aunque ahora tenía que hac