Estimadas lectoras y lectores Al parecer, Alejandro y su padre, no llevan una buena relación, pero todo a medida del tema de su madre, ¿qué será lo que depare en el futuro a Alejandro?
- ¡Eres un maldito escuincle insolente! – dijo Maximiliano un tanto molesto.- Yo seré lo que seré, pero al menos no cargo en mi conciencia la vida de la mujer que me amaba. – dijo Alejandro tratando de lastimar el ego crecido de su padre.- ¡Ay, por Dios! Ya deja de repetir aquello, ¿Crees que me vas a lastimar con esa tonta idea tuya? ¡Ya madura, Alejandro! Y parte de madurar, te vas a ir a casa de las Scott y arreglarás las cosas, pondrán fecha de una boda y finalmente sentarás cabeza… De lo contrario, me vere en la penosa necesidad de rescindir de tus servicios.- ¡No te atreverías! – Dijo Alejandro en un tono retador.- ¡Claro que me atrevería! Tan es así, que si en un mes no solucionas esto, yo mismo seré quien vuelva a tomar la presidencia y todo lo que tu hayas firmado o autorizado, en el nivel que se encuentre, será cancelado y no será mi nombre el que quede manchado, será el tuyo, hijo. – dijo Maximiliano en un tono que no dejaba lugar a dudas de que era verdad.Luego de ell
Eva se la había pasado en el hospital toda la noche, ella quería estar al pendiente de Sara, aunque siendo sincera, aún tenía varios asuntos inconclusos que no la dejaban tranquila.Entre ellos, las palabras de Alejandro, quien le había dicho que la enfermedad de Sara no era algo normal y que eso ya lo había visto antes.No sabía cómo tomar aquello o cómo reaccionar ante esas delicadas declaraciones.- Señorita Díaz, debería ir a casa a descansar… Si algo sucede, se le informará inmediatamente. – dijo una de las enfermeras que entró en la habitación donde estaba Eva esperando.- Es solo que no quiero irme, que tal sí despierta y no me ve, no, no quiero que ella se sienta sola o se preocupe. – dijo Eva con un poco de preocupación en la voz.- ¡Está bien! Pues entonces, debería tratar de ir a descansar, si usted se enferma, ¿quién cuidará de su amiga? Enferma, no le será de ayuda, además, el señor Mendoza dejó instrucciones muy claras, todos debemos estar al pendiente de su amiga. – dijo
Tal como Melissa lo dijo, ella llegó al hospital y esperó a Eva en el café. Llevaba una libreta con apuntes, presupuestos e ideas que ella junto con Sofía habían elaborado.Melissa estaba empeñada en demostrarle a Sofía que, se estaba equivocando y que lo que tanto perjuraba decir sobre Eva y Demian solo era un malentendido, por lo que buscaba de modo desesperado de dar por concluido aquel tema.Así que ni lenta, ni perezosa, había considerado que el cumpleaños de Demian era el momento perfecto para que ella, pudiera demostrar que lo que decía eran puras injurias contra su cuñada.- ¡Hola, Eva! ¿Cómo estás? ¡Perdón por la premura! – dijo Melissa nerviosa, levantándose de su asiento.Melissa no lo decía abiertamente, pero ella deseaba que Eva la acogiera en la familia Monroy. Ella entendía lo especial que era para Demian y, aunque los padres de este eran generosos, ella sabía que, ante todo, la opinión más importante era la de Eva Díaz.- Melissa, la verdad es que no tengo mucho tiempo
Melissa se sintió un tanto decepcionada, ella había esperado lo mejor de aquella reunión. Ella creía que el hecho de ir con Eva, sería cuestión de externarle sus ideas y que ella gustosa, aceptaría ayudarla.Por un lado, entendía que no era ni el momento, ni el lugar, pero ella no tenía mucho tiempo que perder, ya que había estado muy nerviosa y había dejado pasar los días, la fiesta de cumpleaños de Demian sería el próximo viernes y era sábado, por lo que quiso presionar, pero no salió como imaginó.Por el otro, las palabras de Sofía Díaz se clavaron en su mente y ganaron más los celos, por lo que Melissa, sentada en un café, esperaba la llegada de Sofía, a quien ella creía, le debía una disculpa, ya que la chica se había dejado llevar por su sexto sentido, pero este le había fallado.- ¡Meli, querida! ¿Cómo estás?- ¡Hola, Sofí! ¡Perdón! – dijo la chica haciendo un puchero tratando de aguantar las lágrimas.- ¿Qué sucede, quería amiga? – preguntó Sofía, intuyendo lo que ocurría.- Ev
Eva subió a la habitación donde su amiga debía estar, se sentía incómoda debido a la visita de Melissa. Sabía que la chica no le había hecho nada malo, pero el solo hecho de que le preguntara cosas de Demian, le dejaba claro que, en el tiempo que llevaban de novios, la chica no le había puesto la atención suficiente.Si Eva estuviera en el lugar de Melissa, daría brincos de alegría, no estaría pidiendo consejos a externos para organizarle algo tan fácil como su fiesta de cumpleaños.Era inevitable que Eva sintiera celos, ¿Cómo no iba a sentirlos? Melissa tenía todo a su favor, su familia apoyaba su relación, Demian la tenía como novia y la miraba como eso. Mientras que Eva era la hermanita, mientras que ella no podía acercarse a Demian sin antes levantar sospechas de querer algo más.Melissa estaba en el paraíso, pensaba: "¿Cómo demonios podía desaprovechar aquella suerte con la que contaba?".Un tanto molesta, daba vueltas en la habitación cuando entró una enfermera y le dijo:- Señ
Luego de recibir estupendas noticias, Eva se pudo sentir un poco más tranquila, la chica llevaba una pesada carga, ya que sabía que la familia de su amiga, dependían de ella y que no les había mencionado nada de su enfermedad, al menos no al grado en el que se encontraba.Las horas se le hacían eternas a Eva, se la pasaba pendiente de alguna noticia de los médicos o enfermeras, pero nada, no pasaba nada. Tanto que llevaba casi todo el día sin ver su móvil, el cual tenía ya varios mensajes y llamadas de Sergio Carrasco.Al caer la noche, Eva finalmente se cansó de esperar y tomó asiento en el sofá dentro de la habitación, cayendo en un profundo sueño.Solo pudo despertar cuando sintió que alguien le colocaba una manta, al abrir los ojos, grande fue su sorpresa cuando vio a Alejandro Mendoza, el cual la miraba de una manera un tanto extraña, no era lujuria, no era deseo, era algo más, pero antes de que ella pudiera dar con que era, una enfermera entro.- Señorita Díaz, señor Mendoza, so
Luego de la plática que Melissa había tenido con Sofía, esta confiaba en los consejos que su amiga le había hecho, por lo que, sin más, Melissa le dio carta abierta a Sofía para organizar ella misma la fiesta.La temática sería Francia, tal como le había confesado Sofía, que había leído en el diario de Eva. A Demian le gustaba de todo lo relacionado con Francia, por lo que la persona más idónea para organizarla en poco tiempo, era su amiga Sofía.La fiesta de cumpleaños debía quedar lista en cuestión de 5 días, por lo que Sofía estaba muy, pero muy atareada, mientras Melissa distraía a Demian, para que no se diera cuenta de todo lo que organizaban en casa de Melissa.Para nadie era sorpresa ver que aquella mujer, gran amiga de la señorita Mendoza, guitoneaba por todos lados, dando órdenes y maldiciendo, a todas luces, algo que no estuviera hecho de acuerdo a sus especificaciones.Para la fortuna de Sofía, Alejandro Mendoza no vivía ahí, ya que, de escucharla, seguramente no hubiera to
--- Grupo Mendoza ---- Señor… ¿Quiere que repasemos su agenda? – dijo la primera asistente.- ¡Sí! Sí, por favor, hoy no traigo cabeza para recordar que iba a hacer, dime, ¿Qué tenemos de pendientes? – dijo Alejandro llevándose la mano a la sien para darse un masaje.Era evidente que la resaca de lo que tomó la noche anterior, estaba cobrando su debida cuota, ya que sentía que la cabeza le iba a explotar.- Pues la mañana la tiene ocupada, pero la tarde está completamente libre, lo que es perfecto, puesto que, le hablaron del hospital y dijeron que la señorita Sara Benítez, ya se encuentra en su habitación y que se encuentra estable.- ¿Está Eva con ella? – preguntó Alejandro como si su asistente pudiera leer su mente.- Sí, según me informan las enfermeras, que sí. De hecho, su hermana Melissa la fue a visitar. - dijo la asistente un tanto contrariada.- ¿Mi hermana? ¿Sabes a qué fue al hospital? - preguntó Alejandro un tanto sorprendido.- ¡Desconozco, señor! ¿Quiere que averigüe? -