Eva inmediatamente auxilió a Alejandro quien sangraba de la comisura de su boca, mientras Demian era sostenido por Martina. Aquella acción, ante los ojos de su madre, le dejaba dudas, ya que la noticia no era para protagonizar este tipo de escenas.
- Demian, ¡por favor! ¡Cálmate! Vinimos aquí a hablar de todo lo que sale en los medios, más no venimos aquí a molernos a golpes. -decía Martina tratando de calmar a su hijo.
- ¡Tú! ¡Tú eres un desagraciado! Solo te quieres aprovechar de ella… Ella no sabe la clase de mal nacido que eres, y para vista está Serena… -dijo Demian furioso.
- ¡BASTA DEMIAN! ¡Si estamos casados es porque yo así lo decidí! -dijo Eva con una voz que retumbó en el apartamento.
- ¿Tú? ¡Por Dios, Eva! ¿Qué vas a saber lo que haces? Desde que llegaste te la pasas de sufrida, que si nadie te pela, que si nadie sabe lo que has sufrido y rechazas cada vez que alguien se quiere acercar a ti. Bueno, no, porque a este idiota no lo rechazaste, hasta te lo cogiste. -dijo De