Katherine llegó del brazo de Cassian como si cada paso sobre aquel salón fuera un acto de venganza, y lo era.
Cada mirada posada en ella se sentía como una llama más alimentando la hoguera de su propósito. Todas las personas presentes de la manada de Maverik habían presenciado su humillación, esa misma que él le había hecho en ese lugar.
—Primer acto —susurró Cassian en su oreja ocasionando que ella contuviera el aliento por un instante.
Su cercanía siempre despertaba cosas inesperadas en ella, pero no tuvo el valor para girarse a mirarlo en ese momento.
El lugar de la ceremonia era amplio, con columnas de piedra clara decoradas con flores blancas, todo estaba dispuesto con perfección... pero a Katherine solo le ardían los recuerdos.
Sin embargo, ahora estaba resurgiendo y lo mejor es que era del brazo del enemigo de Maverik.
Cassian.
Quién no la había soltado ni siquiera un momento mientras iban a sus lugares.
Delante, Maverik vestía de negro.
Impecable.
Poderoso.
Con la mandíbula te