Cassian alargó una mano para apartar un mechón de su pelo que caía por su rostro y su pulgar, acarició su mejilla, sin dejar de mirarla.
—Eres tan condenadamente hermosa.
Con movimientos firmes él se quitó el resto de la ropa quedando totalmente desnudo frente a ella.
Miró su cuerpo poderoso sin aliento. Su torso era una mezcla de fuerza y cicatrices, de piel cálida y músculos tensos por contenerse.
Casi como si estuviera frente a un dios.
Cassian se colocó sobre ella sin aplastarla, sin invadirla del todo, pero dejando claro que no escaparía.
Ella lo miraba como si fuera algo que podía destruirla y salvarla a la vez.
Le arrancó el vestido con un solo gesto, dejándola desnuda y temblorosa frente a él.
Y por primera vez, él no la miró como un desafío.
La miró como si fuera todo.
Como si no supiera si maldecirla o protegerla con la vida.
Él comenzó a acariciarla pasando los dedos por su cintura, su abdomen, sus caderas.
Katherine a penas podía contener el aliento, su corazón latía sumam