—Hace dos años —dijo Stephano mientras volvían de regreso—. Vigilaba los límites del Bosque Oscuro... vi a una hembra.
Cassian entrecerró los ojos tensando la mandíbula.
Aún seguía repitiendo en su cabeza la escena de Maverik acercándose a Katherine y la rabia recorría sus venas de manera explosiva.
—¿Una hembra?
—Sí. Estaba lejos, entre la neblina. Pero la reconocí cuando movió su rostro en mi dirección, ella no me vio, era tu hembra, Alfa.
Cassian lo observó con ojos entrecerrados.
—¿La viste en el Bosque Oscuro? —preguntó con una voz baja, asesina.
—Así es, mi Alfa.
Cassian gruñó por lo bajo, su mandíbula marcada por la sombra del control.
El Bosque Oscuro era su sitio peligroso.
—Sabes quién gobierna ese territorio —recordó Stephano.
Cassian giró completamente hacia él.
—Amarok.
Stephano asintió.
—El Alfa del Bosque Oscuro. Es muy poderoso... aunque no como usted, mi Alfa —agregó con absoluta certeza—. Pero lo suficiente como para destruir a cualquiera que ose cruzar sus fronteria