Capítulo 105.
Mientras tanto el tiempo pasa, Alfa Randolf, Beta Igor y varios de sus guerreros de mayor confianza se mantienen en un constante ir y venir ante los intentos de rastreo de los cazadores.
— Esto no puede ser posible— declara Randolf frustrado al mismo tiempo que toma licor fangoso y lo siente atravesando su garganta.— Necesitamos encontrar dónde es que dan cacería a nuestros guerreros.
— En este punto— declara Beta Igor acercando unas hojas al alfa—con todos los reportes, los guerreros desaparecidos tienen tomados tres de los cuatro puntos. Norte, Este y Oeste están en peligro.
— No, no, no puede ser. Esto es prácticamente imposible— declara Randolf al mismo tiempo que aprieta tanto el vaso de licor que lo revienta en su mano haciéndose añicos por completo y abriendo una enorme herida en su palma que sangra demasiado.
En ese momento, Gilmer abre la puerta de la oficina y sorprende a todos.
Su cuerpo se encuentra inundado de arañazos, heridas, incluso varias partes de su cuerpo están