Fue ella quien se acomodó mejor bajo el peso del cuerpo de Demetrio, acoplándose a sus formas, mientras él metía la mano bajo su vestido de seda natural, subiendo por su muslo mientras mordisqueaba suavemente su cuello, haciéndola estremecer y quejarse en pequeños suspiros deliciosamente tentadores para el lobo.
— ¡Ah…! — Dejó salir con suavidad haciendo que al Lycan le hirviera la sangre.
Demetrio devoraba la boca de la chica, explorando con su lengua deliciosamente mientras ella acariciaba su espalda y luego su bien formado pecho.
— Eres hermosa… quiero hacer esto bien, no quiero lastimarte…
— No lo harás, sé que no lo harás, no te detengas, por favor…
Él buscó sus pechos y los acarició por encima de la seda y ella arqueó la espalda buscando su sexo.
De pronto la rubia desabrochaba su pantalón y bajaba la cremallera al tiempo que metía una mano dentro buscando su…
— Espera, déjame deshacerme de esto — Dijo él quitándose el pa