Pov Leina
Miraba de forma impaciente la puerta, esperando a que se abriera y él entrara. Había pasado solo una hora, pero algo en mi pecho se agitaba de una forma que no me gustaba.
Miraba las sombras en las esquinas donde no llegaba la luz del día, que ya daba los últimos rayos de sol.
Me levanté de la cama inquieta, caminando de un lado a otro. Podía sentir a sus guerreros afuera y por los alrededores.
—Tranquila, Leina, todo está bien— me dije a mí misma.
—No lo creo— mis vellos se erizaron al escuchar la voz tan cerca.
Saqué mis garras, listas para defenderme, pero en el momento en que me volteé, una aguja se clavó en mi cuello.
El líquido entró en mi sistema y vi cómo Ava se desvanecía en mi mente. Una densa niebla oscura la engulló y sentí mi fuerza y poder abandonarme junto con ella.
—¿Qué… qué me hiciste?— miré fijamente a la mujer que aún sostenía la jeringa de metal en sus manos; una gota escurrió de la punta, un líquido blanco y espeso.
Me tambaleé hacia atrás; alg