101. Una hoja en mi cuello
Pov Kian
Y aquí vamos de nuevo: Juli dando vueltas por toda la habitación y yo, muy tranquilo, aceptando que hoy saldré con un par de huesos rotos ante su padre.
Aunque espero que, con la llegada de los cachorros, no se concentre tanto en mí.
—Ahora sí va a matarte, estoy segura.
—No lo hará. Ahora vamos, que se nos hace tarde; podrían estar naciendo justo ahora y tú aquí dando vueltas.
Se sentó en la cama con ganas de llorar y ya no quiero verla así.
Me arrodillé ante ella, descansando mi cabeza en su regazo, dejando que sus dulces caricias enviaran escalofríos por mi cuerpo.
Cerré los ojos, cubriendo con mi amor nuestro vínculo y ese más pequeño que ahora se fortalece cada día.
Sonrío de la emoción al pensar que voy a ser padre; solo unos meses y podré tenerlo en mis brazos. Algo que nunca esperé tener y, gracias a mi amada Reina, tengo más de lo que ya me había resignado a esperar.
—Estoy contigo, amor. Tu padre va a estar feliz por ti, porque dudo que lo esté por mí, pero