Pov Kian Y aquí vamos de nuevo: Juli dando vueltas por toda la habitación y yo, muy tranquilo, aceptando que hoy saldré con un par de huesos rotos ante su padre. Aunque espero que, con la llegada de los cachorros, no se concentre tanto en mí. —Ahora sí va a matarte, estoy segura. —No lo hará. Ahora vamos, que se nos hace tarde; podrían estar naciendo justo ahora y tú aquí dando vueltas. Se sentó en la cama con ganas de llorar y ya no quiero verla así. Me arrodillé ante ella, descansando mi cabeza en su regazo, dejando que sus dulces caricias enviaran escalofríos por mi cuerpo. Cerré los ojos, cubriendo con mi amor nuestro vínculo y ese más pequeño que ahora se fortalece cada día. Sonrío de la emoción al pensar que voy a ser padre; solo unos meses y podré tenerlo en mis brazos. Algo que nunca esperé tener y, gracias a mi amada Reina, tengo más de lo que ya me había resignado a esperar. —Estoy contigo, amor. Tu padre va a estar feliz por ti, porque dudo que lo esté por mí, pero
Pov Leina Hoy es uno de esos días en los que me gustaría besar a Bastian por ser tan lindo y tierno conmigo, a pesar del mal momento. Ya no recuerdo la última vez que tuve la horrible pesadilla en la que lo había perdido y ya no estaba conmigo, tal vez desde que acepté que cada mañana, al despertar, él siempre estaba allí acariciándome. Había tomado la costumbre de dormirme siempre sobre él; decía que así sentía su calor y no tenía pesadillas. Funcionó, aunque a veces, por la incomodidad de los cachorros, terminaba en la cama. Y ahora está aquí conmigo, repitiendo las respiraciones conmigo una vez más. De verdad, amo a ese hombre y desafiaría a todo, de ser necesario. —Hmm… ahora sí duele, y mucho. —Está bien, ya vienen las doncellas y la sacerdotisa, espera. Entraron las doncellas acomodando las sábanas y la cama. Sabía por la sábana gruesa doblada que perdería hoy mucha sangre. —Vamos, nena. Me acomodé en la cama, apretando fuerte la mano de Bastian con una contracción que
Pov Ethan Meses han pasado desde aquella guerra devastadora que dejó mucho caos a su paso, meses en los que varios Reinos y muchas personas aún intentan recuperarse. Keira y yo hemos estado viajando entre Reinos para ver la situación, ayudando en lo que podamos según los límites que nos hemos impuesto. Ahora tenemos un cachorro que nos limita los viajes, mi mayor alegría y mi orgullo. Termino de firmar unos permisos cuando entra mi padre cargando sus tres adoraciones: sus dos cachorros y el mío. —Nathan ya se quedó dormido, mientras que estos dos no dejan de moverse. Serán excelentes guerreros en un futuro, los príncipes consentidos. Me levanté del escritorio, tomando a mi pequeño de sus brazos y mirando cómo, con un gruñido, calma a los otros dos revoltosos. —No sé cómo soportas tener a los tres encima; yo siento que de verlos, se me enredan las manos. —Deja que tengas más cachorros y sabrás que eso no es un problema. Se sienta frente a mí, colocando a Magnus y a Di
Pov Leina Creí que esta sería la noche más especial de mi vida, que por fin conocería a mi loba como tanto deseé, pero nada de eso sucedió. Ahora solo escucho como mi padre, el ex beta de la manada, discute con el antiguo Alfa y su hijo, el Alfa actual; sobre mi expulsión. La manada al rededor se mantiene en silencio, las miradas con burla de las lobas que codiciaban mi lugar no se hacen esperar. —Ella es tu compañera Reiner, expulsarla sería dejarla sin protección, allá afuera hay demasiados renegados y bárbaros. —Yo necesito una compañera fuerte, una Luna que pueda ser capaz de proteger a su gente, su loba no despertó, por lo tanto, no le sirve ni a la manada ni a mí. Las palabras de mi compañero se clavan como un fuerte puñal en mi corazón. Las lágrimas quieren salir, pero no dejaré que ellos vean mi debilidad. —Reiner, por favor, es mi hija, piensa en estos dos años que tardaste esperándola. Apreté los puños de rabia, observando como mi padre se arrodilla ante él, s
Pov Leina Mi padre tomaba el manojo de llaves y metía una a una en la pequeña ranura de la puerta. Sus manos temblaban haciendo que se cayeran las llaves varias veces, volviendo a comenzar de cero. —Papá, dime qué es lo que pasa, ¿Reiner está bien? Pregunté aun pensando en el momento en que acepté su rechazo, parecía que a él lo estaba matando. —Está vivo, es todo lo que sé, pero su padre mandó a preparar un escenario para ti, serás ejecutada por intentar acabar con la vida del Alfa. En ese momento la cerradura resonó en el espacio frío, la reja se abrió con un chirrido y mi padre comenzó a arrastrarme hacia la salida. Las antorchas iluminan el pasillo, creando sombras en las celdas que permanecían vacías. Podía escuchar como las ratas se arrastraban en la oscuridad huyendo de nuestra presencia. Las paredes de piedra negra se cerraban sobre mí, haciéndome sentir asfixiada. —Papá, espera… —Escucha bien Leina, te ayudaré a llegar a la cascada, una vez que la cruces
Pov Leina Traté de alejarme de él hasta conseguir algo con que defenderme y fue cuando mis manos se toparon con una piedra. El lobo me mostró sus colmillos listos para saltarme encima. Esta era mi oportunidad. Tomé la piedra con fuerza y se la lancé, golpeándolo en la cabeza. Aproveché la oportunidad de su descuido para levantarme y correr con todas mis fuerzas. Escuché otros aullidos cerca. Más lobos renegados se acercaban. No podré salir de esto, me alcanzarán y luego… «Saldremos de esto, confía en mí, confía en ti, llega al río» Me detuve en seco casi cayendo al vacío, la tierra se desprendía bajo mis pies perdiéndose en el agua que corría a gran velocidad abajo. Varios gruñidos llamaron mi atención y me giré para verme rodeada de al menos unos ocho renegados. Comenzaron a avanzar hacia mí. Este es mi fin. —AHHGR— grité apretando mis dientes, caí de rodillas sin entender qué pasaba, el dolor de mi cuerpo era horrible y abrumador. Vi mis man
Pov Leina Me quedé en silencio observando al hombre que miraba mi mano sin decir una palabra.Mi tío Benjamín y su compañera Sara están a un lado en silencio.El aspecto del hombre es limpio; una barba canosa perfectamente cortada y una capa azul oscuro con bordados rojos caían sobre sus hombros.Sus ojos tenían apenas unas líneas de expresión que no contrastaban para nada con su pulida piel.Los hombres lobo de alto rango suelen vivir más años que cualquiera, pero él no parecía del todo un lobo.—No lo soy, querida; por mi sangre corre magia antigua. Podría decir fácilmente que soy más mayor de lo que piensas.Él no me miró directamente; en cambio, dejó mi mano y miró directo a mi tío.—Es mejor que mantengas esto en secreto. Estoy seguro de que ya sabes que ella es una loba lunar, o también conocidas como lobas bendecidas.¿Una loba lunar? ¿Qué es?—Sí, la reconocí cuando su loba se salió de control en estos días, destrozando toda la habitación.Me lanzó una mirada aguda y yo sol
Pov Leina Esta noche sería diferente; mis manos sudaban y no estaba segura de qué sucedería. «¿Estás ahí?» El silencio fue toda mi respuesta. No estaba segura de si ella me escuchaba; había despertado hace unas semanas y siempre estaba atenta a los entrenamientos, aunque no me habló en ningún momento. Esta será la primera vez en la que entrenaremos en forma lupina. Miraba el reloj atentamente, siguiendo el ritmo del péndulo que iba de un lado a otro. Cuando marcaron las 12, tomé un gran suspiro y bajé las escaleras. —Vamos, no estés inquieta, todos te esperan. Si ella decide no salir, no te preocupes; estoy segura de que no es por ti. —Gracias, Sara, por ser más como una madre para mí desde que estoy aquí. Ella comenzó a llorar y yo también. Parece más bien una despedida. Ambas salimos hacia el bosque, dado que debo tener cuidado; solo los calificados estarán allí para verme. Después de media hora, llegamos a un pequeño claro. Mi tío y su beta ya estaban allí, también el h