Capítulo 61: Al borde del abismo.
Los últimos vestigios de la luz de la luna se colaban entre los enormes ventanales del castillo vampírico, como si este deseara beber todo lo que pudiera del místico astro nocturno.
Los murmullos crecían como un enjambre de insectos voraces, rozando los oídos de Vladimir con promesas de traición. Cada palabra era un cuchillo clavado en su paciencia, hasta que ya no pudo soportarlo.
— Si tu ineptitud me cuesta el éxito de mis planes, yo mismo te matare con mis propias manos — rugió Vladimir, sus dedos, fríos como el acero de una tumba, se hundieron en la carne de Archivald, haciendo brotar venas oscuras bajo su piel pálida. Un sonido áspero, como el de un animal atrapado, escapó de su garganta, pero el vampiro no cedió: solo el brillo de sus ojos, ensombrecidos por el miedo y el resentimiento, delataba su agonía — no me importa si quieres pelear con el perro sarnoso, pero no llegues dando tales noticias frente a mi hija cuando sabes que esta vive y respira por ese animal — sus dedos s