028.

La casa de Selene olía a humedad y a madera vieja.

Estaba ubicada en las afueras de Mar del Plata, entre los eucaliptos, lejos del centro y del ruido. Era una estructura sencilla, de dos pisos, con ventanas grandes, sin persianas. A Selene le gustaba la luz de luna entrando sin filtros. O le gustaba. Antes.

Desde que había acogido a Mar, todo era distinto.

La casa ya no tenía sus silencios. Los espacios ya no eran suyos. El eco que antes la consolaba, ahora la invadía.

Se cruzaban por los pasillos como dos presencias que ya no sabían cómo tocarse ni cómo hablarse. Selene subía las escaleras cuando Mar bajaba. Mar cerraba la puerta del baño cuando Selene pasaba. Y en cada gesto, se colaba algo que no era odio… pero sí incomodidad.

Selene no la había invitado por gusto. Lo había hecho por culpa.

Después de la masacre en Acantilados, Mar quedó sola. No tenía familia en la ciudad. Y tras ser encontrada, en shock, cerca del viejo Parque Acuático, cubierta de agua y con los labios azules de
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP