Demian arrastró a Valeria de regreso a la mansión. No hablaron durante el trayecto; la furia de Demian era una presencia física que llenaba el coche, y la adrenalina de Valeria era un tambor en su pecho.
Al llegar a la suite, Demian cerró la puerta de golpe, el sonido resonando como un disparo.
Demian: (Su voz era baja y peligrosa, cada palabra medida) __Tú, Tu amiga, Mi hermano, Elias, Caos, Sangre. Mi evento arruinado. ¿Crees que esto es un juego de niños, Valeria?__
Valeria: (Ella se mantuvo firme, a pesar de que el miedo la hacía temblar) __No es mi culpa que mi hermana sea una víbora. Ni que tus rivales sean unos idiotas. Yo solo me defendí. Y si no te gusta, ¡déjame ir!__
Demian se acercó a ella, agarrándola de los hombros con una fuerza que no dejaba lugar a la discusión. Su posesión había llegado a su punto de quiebre.
Demian: __No te irás a ninguna parte. Eres la única mujer que hace que pierda el control. La única que me hizo sentir celos ante ese gusano de Elias. La ún