Victoria Vieri se sentía destrozada. Demian Vieri la había humillado, y lo peor, había arruinado a su padre. Todo por esa rellenita sinvergüenza de Valeria, que ahora vivía en una mansión como una reina.
Sentada en un café de lujo, Victoria llamó a la única persona que había mostrado interés tanto en Valeria como en desafiar a Demian: Elias.
Elias llegó, vestido con una elegancia casual, y se sentó frente a ella, con una sonrisa de lobo.
Elias: __Victoria. Es un placer. Pero si Demian se entera de que nos reunimos __
Victoria: (Interrumpiéndolo, con voz baja y urgente) __Demian está jugando a un juego de niños. Valeria no es su novia; es su rehén. ¡La tiene en su mansión! Me humilló a mí y a mi padre para demostrar que ella es un "activo" __
Elias: (Su sonrisa se hizo más amplia. Esto era mejor de lo que esperaba) __Ah, ¿así que la Emperatriz se ha mudado con el Dueño? Eso es un control impresionante, incluso para Demian. ¿Y qué quieres de mí? __
Victoria: __Quiero que me ayudes