CAPÍTULO 28: EXCUSAS

Eden

Han pasado tres semanas desde la fiesta y cinco desde que estoy trabajando aquí. Casi un mes y medio, pero yo siento que llevo cinco años. Vivir bajo el mismo techo que los hermanos Volkov es tanto una tortura como una bendición.

Pero no puedo renunciar, o eso es lo que me digo a mí misma y a mi mejor amiga. Hoy apenas pude escaparme un rato de la mansión, aprovechando que Karina regresó al trabajo, pues desde hace varios días está ausentándose con más frecuencia, pero la señora Nadezhda no le dice nada.

Llego a la cafetería donde Johanna me espera para conversar. No nos habíamos vuelto a ver desde que mi padre falleció y a mí me dio el arranque por ir a Pensilvania.

—Amiga, ¿cómo sigues? —me pregunta con pesar. Odio que me vea con lástima.

—Pues, mejor. Estoy tratando te sobrellevarlo sin volverme loca.

—¿Es verdad lo que me contaste por mensajes? ¿Cremaron a tu padre?

—Sí, esos ineptos lo confundieron, así que ni siquiera pude enterrarlo apropiadamente —adm