Capítulo 23. Una Visita Inesperada... Y Un Torbellino de Cariño
El lunes por la mañana, la oficina parecía un mundo aparte. Sebastián estaba distante, frío, volviendo a ese jefe inalcanzable que Melisa había conocido los primeros días. Pero ella no podía ignorar que había algo más. No era solo profesionalismo... era tensión. Una tensión que crecía más y más dentro de él.
Ese día, mientras organizaban unos documentos en la sala de reuniones, sus manos se rozaron.
Melisa se alejó un paso, consciente del estremecimiento que la recorrió.
-- No deberías seguir jugando con fuego – le dijo sin mirarlo.
-- ¿Y si me gusta quemarme? – le respondió él, con voz ronca.
Melisa giró para encararlo. La cercanía era peligrosa. Sus labios estaban a centímetros. Él levantó la mano, apenas rozando su mejilla. Y entonces la puerta se abrió, era Daniel, su asistente.
-- Sebastián, hay una llamada urgente de tu ex… Mariel – le informó. La burbuja explotó. Melisa se alejó de inmediato. Sebastián, molesto, asintió y se fue sin decir nada, él mismo había estado llamando a