183.
Me desgarré frente a él porque todo había sido muy reciente: la pérdida, la muerte. A pesar de que mi relación con Bastian no había sido muy profunda, en el poco tiempo en el que lo había conocido, me estaban matando las expectativas.
Las expectativas de que yo sabía que podíamos tener una excelente relación, de que él me amaba incondicionalmente, que había pasado todos esos años pensando en que no había podido hacer nada al respecto por miedo a iniciar una guerra, guerra que al final había explotado de la peor manera.
Pero era el hombre que yo imaginé que sería, y había sacrificado su vida por salvarnos. Había decidido entrar a la grieta sin poderes, todo por ir por mí, y siempre le agradecería eso. Por siempre sería especial y lo llevaría en mi corazón.
Pero eso era lo que me dolía: tener que guardarlo en mis recuerdos, en mi alma, y no poder tenerlo ahí para abrazarlo, para llamarlo "papá", para buscar consejo en él siempre que lo necesitara.
Y aquello me había sobrepasado.
Estuve