-Buenos días Señor- exclamó el asistente entrando a la oficina de Lucas.
-¡Buenos días!- exclamó con una amplia sonrisa el joven magnate.- Siéntate viejo amigo.
El asistente obedeció, sentándose al frente de su jefe con los papeles que le venía a traer.
-Veo que está muy feliz esta mañana, ¿Puedo saber por qué? - preguntó con curiosidad.
-¿Qué? ¿vives dentro de una caja que no te enteras de las buenas nuevas?- exclamó divertido.
El hombre rió nervioso, siguiéndole el juego al magnate.
-Nos comprometimos con Sofía- exclamó orgulloso.
-Oh señor, lo felicito, estoy sorprendido que no me lo haya dicho.
-Es que queríamos mantenerlo en secreto, tu sabes con todo eso de Scarlet y las locuras de mi padre, pero como está solucionado ese tema, ya lo podemos gritar a los cuatro vientos.
El asistente sonrió.
-Me alegró verlo tan feliz Señor.
-Deja de decirme señor, dime Lucas, tantos años, estamos en confianza- exclamó.
-Sí, Lucas.
El magnate se levantó de su asiento, abrió la puerta y miró hacia