La ciudad despertó con un único titular en periódicos, portales y noticieros:
“Boda secreta: Dante Brown se casa con Ivana Lauren a espaldas de todos”
Las fotos del juez mientras los casaba. De ellos firmando y hasta del beso cuando los declararon marido y mujer. Las especulaciones sobre el verdadero motivo del enlace inundaban cada rincón de la prensa. Algunos lo llamaban un escándalo romántico, otros una jugada estratégica. Pero todos coincidían en una cosa: los Brown volvían a estar en el centro de la tormenta.
Ivana, desde el asiento trasero de la limusina, veía su rostro repetido en cada pantalla que cruzaban. No había café, restaurante ni esquina donde no se hablara de su matrimonio secreto. El pecho le pesaba. Quería gritar, pero la serenidad con la que Dante la observaba la mantenía en silencio.
Ese mismo día, un mensaje inesperado la sacudió: “Necesito hablar contigo. Es urgente. Eliot.”
Contra todo instinto, aceptó.
El café donde se encontraron estaba repleto de murmullos y