37. Pov Dan
Nunca me gustó el silencio de la casa cuando Anne dormía. Era un silencio raro, demasiado perfecto, como si en cualquier momento algo fuera a romperlo. Tenía la tele en mute, una olla con agua hirviendo y una bolsa del súper todavía por desarmar. Me pasé un buen rato acomodando todo: la leche de fórmula, los pañales, unas porciones de comida congelada —porque últimamente Niki llegaba tarde y yo prefería tener algo rápido a mano— y un vino que no pensaba abrir, pero me gustaba tener ahí.
Era una tarde común, de esas que no anuncian nada.
Estaba guardando los yogures cuando sonó el teléfono. Un número desconocido. Dudé en atender, pero algo en el pecho me apretó.
—¿Sí?
—¿El señor Daniel Leroux? —preguntó una voz femenina, profesional.
Dudé en responder.
—Sí, soy yo.
—Le hablamos del Hospital Central. Tenemos registrada a una paciente, Nikita Sandman. Nos dijo que lo llamáramos. Tuvo un accidente automovilístico.
El aire me salió de golpe.
—¿Qué? ¿Cómo está?
—Está estable. Pero ne