36. Pov Niki
Me desperté con la garganta seca y una sensación de vacío en el pecho, como si la noche me hubiese arrancado algo que todavía no sabía nombrar. Me quedé un rato en la cama, contando respiraciones, tratando de ordenar la maraña de cosas que había pasado: el sueño horrible, el grito que me despertó, el abrazo que me salvó, el beso que me confundió. Todo pegado en un nudo que no quería aflojar.
Al final me levanté igual, porque la vida no espera a que uno haga limpieza interna. Anne necesitaba su desayuno, yo tenía reuniones, y la casa, por absurda que suene, parecía exigir una calma que yo no tenía. Me até el pelo con rapidez, me puse algo que me cubriera y bajé.
La cocina olía a café. Entré despacio y lo vi: Dan ya estaba en la mesa, con la taza en la mano, la postura recta, la mirada un poco ausente. Sus movimientos eran mecánicos, medidos. No había rastro del tipo que se había quedado en la habitación conmigo la noche anterior ni de la intensidad que habíamos compartido; había, en ca