Capítulo 17. La Confrontación.
La sugerencia de Maya, una productora independiente, había encendido una chispa en Elliot, que ardía con la promesa de una libertad que nunca antes había imaginado.
Pero antes de sumergirse de lleno en la creación de su propio imperio, tenía una cuenta pendiente que saldar.
La victoria sobre el sabotaje de Richard, aunque dulce, no era suficiente sin el placer de la confrontación directa. Necesitaba ver la humillación en el rostro de su padre y saborear su ira.
Esa mañana, Elliot no fue a la oficina de Richard con su habitual aire despreocupado. No, esta vez caminó como un depredador que va a por su presa.
El eco de sus pasos se escuchaban en los lujosos pasillos de Vance Media, ajeno a las miradas curiosas de los empleados que se apartaban apresuradamente de su camino. Tenía la mandíbula tensa y sus ojos esmeralda brillaban con una fiereza.
Llegó a la imponente oficina de su padre, abrió la puerta de golpe, sin molestarse siquiera en llamar, y se plantó frente a él.
Richard Vance, se