“Steel Handcouffs”
CIRO WALKER
Ella se levanta del suelo y sonriéndome como nena chica se tumba en la cama, a mi lado, boca abajo muy concentrada en el desayuno que le traje.
Giro la cabeza a mi costado incorporándome, acomodando mi polla en los joggins y soltando suspiros que denotan el desahogo que esta sexy e insolente pelirroja acabó de regalarme.
Se me descontracturó hasta la nuca. Se quedó hasta con mis ideas porque el juicio me lo robó hace rato la muy infeliz.
Mordiéndome los labios la reparo a la pequeña cretina.
Espalda curvada, culazo en pompa, las pantorillas cruzadas y los pies balanceándose en el aire. Solamente con el bóxer puesto.
Pecado andante y delicia en envoltura de mujer porque acabo de echarme un polvazo gracias a ella y ya tengo ganas de tirármela de nuevo.
No puedo con mi condición y la más chiquita de los Donnovan no puede con la suya. Se le escapa de las manos el ser una cosita tan apetecible, hermosa y caliente.
—Las fresas están deliciosas —comenta prendié