"Castigo"
Apúrate, apúrate, apúrate.
Iván no para de reenviarme el mismo chat y en su barra tengo más de sesenta mensajes con lo mismo.
Apago el secador y me abotono la camisa blanca que llevo escotada y arremangada a los antebrazos.
Agarro mi cartera, mis sandalias, las llaves del departamento.
No hay nadie aquí, ni Lula, ni Pía ni las demás entes que viven con nosotras.
Así que Iván vino a recogerme para acompañarme a la sesión que no se hará en la agencia. La campaña de Vogue será en un espacio al aire libre en alguno de esos jardines exóticos de la ciudad.
Me largo con prisas y aparezco fuera de recepción por poco corriendo.
—¡Vamos a llegar tarde! —desde su descapotable marfil Iván me regala una mirada reprobatoria, bajándose apenas los lentes Versace que usa. Unos con mucho estilo y que no valen menos de quinientos euros.
—¡Lo siento!
—¿Me vas a dar una buena excusa? ¿O una mediocre como las que me dan todas tus compañeras de Luxion cada vez que se retrasan?
Subo, me cruzo el