EVELYN VALENCIA
Ahora entendía por qué había reaccionado de esa forma al besarlo. Ese chico era mi hermano, bueno, hermano de este cuerpo.
—No sé si te lo dijeron, pero sufrí una caída algo aparatosa y perdí la memoria… No es mi culpa que no recordara que eras mi hermano —dije mientras me veía al espejo, acomodándome el vestido.
No me agradaba mucho el cuerpo de Evelyn, pero debía de admitir que tenía su encanto.
—Deja de fingir, por lo menos frente a mí —dijo Christian detrás de mí en cuanto salió del probador. A petición de mi tía, lo había llevado a una buena tienda para comprarse ropa decente, pues era obvio que no tenía nada de marca o elegante. Era un desastre igual que su hermana—. Sé quién eres.
Cuando volteé me sorprendí. Le había escogido un traje azul marino y una camisa blanca sin corbata, se veía atractivo y jovial. En un principio pensé quitarle ese arete de la oreja o mandarlo a la peluquería para que recortaran esos cabellos necios, pero… le daban un toque salvaje que