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CAPÍTULO 3: LA FAMILIA MORETTI - PARTE 3

El aire fresco de Milán aún conservaba la humedad de la madrugada cuando salió de su departamento, vestido con ropa deportiva y acompañado por su perro, un pastor alemán llamado Rocco. Era una rutina que había mantenido desde hacía años, una de las pocas constantes en su vida.

El parque estaba casi vacío a esa hora. Corrió por los senderos con Rocco trotando a su lado, manteniendo el ritmo, como si también entendiera que aquella no era una mañana cualquiera. Hoy era el día en que haría oficial su llegada al A.S. Vittoria.

Después de cuarenta minutos de carrera, regresó a su departamento, se duchó y preparó un desayuno ligero: café negro y una tostada con aguacate y huevo. Mientras comía, revisó su teléfono. La prensa ya estaba hablando de él.

"El hijo menor de Enzo Moretti compra el A.S. Vittoria: ¿una locura o una jugada maestra?"

"Luca Moretti toma el control de un club en decadencia: ¿qué puede esperar la afición?"

No era sorpresa. Desde que se supo la noticia, los medios lo habían tratado con el mismo escepticismo que su familia.

No importaba.

Terminó su desayuno, tomó su chaqueta y las llaves del auto, y se dirigió a la sede deportiva de Vittoria.

El Primer Día en el Club

Cuando llegó a las instalaciones, la escena lo recibió con una mezcla de expectación y desorden controlado.

La prensa estaba apostada en la entrada, cámaras y micrófonos listos para capturar cada uno de sus movimientos. Había reporteros de La Gazzetta dello Sport, Sky Sports Italia, Corriere dello Sport, todos esperando su primera declaración como dueño del club.

Su hermano Adriano ya estaba allí, esperándolo junto a un par de empleados administrativos.

—Vaya recibimiento —murmuró Luca mientras salía del auto.

—Bienvenido al circo —respondió Adriano, ajustándose la chaqueta—. ¿Listo?

—Siempre.

Ambos cruzaron las puertas de la sede.

Las oficinas del club estaban en un edificio de dos pisos, con una fachada de ladrillo antiguo y un logo descolorido en la entrada. Por dentro, todo tenía un aire funcional pero gastado. Era evidente que el club no había tenido una inversión real en mucho tiempo.

La primera persona en recibirlo fue Silvia Conti, la secretaria del club.

—Señor Moretti —lo saludó con una sonrisa profesional, aunque con un atisbo de curiosidad en la mirada—. Bienvenido a Vittoria.

—Solo Luca, por favor.

—Bien, Luca —dijo, extendiéndole la mano—. Me encargo de la parte administrativa del equipo. Llevo aquí más de quince años, así que si necesitas saber cómo funciona algo, yo soy la persona indicada.

Luca le estrechó la mano.

—Voy a necesitar mucha información. Espero que no te moleste responder preguntas todo el tiempo.

—Para eso estoy aquí.

Adriano le dio una palmada en la espalda.

—Silvia es la que mantiene esto en pie. Sin ella, todo sería un desastre.

—Ya lo sospechaba.

Silvia sonrió y los guió hacia la sala de reuniones, donde los directivos del club ya estaban esperando.

Los Directivos del Club

En la sala, un grupo de hombres y mujeres lo observaban con atención. Algunos con curiosidad, otros con evidente escepticismo.

Giancarlo Riva – Presidente Ejecutivo

Un hombre de sesenta y cinco años, de cabello canoso y traje impecable. Había sido presidente del club durante los últimos diez años, aunque con poderes limitados debido a la falta de inversión. Era un hombre del fútbol tradicional, alguien que creía en el valor de la experiencia y la historia.

—Moretti —dijo con un tono neutral cuando Luca tomó asiento—. Bienvenido a Vittoria.

Paolo De Santis – director Financiero

Un hombre de cincuenta años, con gafas y una expresión perpetuamente analítica. Se encargaba de las cuentas y del manejo del presupuesto del club. Para él, cada decisión debía justificarse con números.

—Espero que tengas claro el estado financiero del equipo —dijo sin rodeos—. No estamos en posición de hacer grandes movimientos sin respaldo económico.

Lorenzo Bianchi – director de Operaciones

Más joven que los demás, en sus cuarenta, con el cabello rizado y una chaqueta deportiva. Era el encargado de la logística, de las instalaciones y de que todo funcionara sin problemas.

—Nos vendría bien una remodelación en las instalaciones —dijo con media sonrisa—. No sé cuánto de tu fortuna estés dispuesto a gastar, pero el vestuario parece de tercera división.

Angela Ferraro – directora de Comunicación

Una mujer de treinta y ocho años, con un aire serio y profesional. Llevaba años manejando la imagen del club, aunque con poco margen de acción.

—Hoy tenemos la rueda de prensa para anunciarte como propietario. Vamos a necesitar un mensaje claro. La afición está escéptica.

Luca escuchó a cada uno, tomó nota mental de sus personalidades y de lo que necesitaban.

Cuando todos terminaron de hablar, se inclinó hacia adelante y apoyó los codos en la mesa.

—Sé que muchos de ustedes dudan de mí —dijo sin rodeos—. No los culpo. Sé lo que dicen en la prensa, sé lo que piensan los aficionados. Pero no vine aquí a jugar.

Adriano lo observó en silencio, como si estuviera midiendo sus palabras.

—No compré Vittoria para usarlo como pasatiempo. Compré este club porque creo que puede ser algo más grande. Porque quiero construir algo real. Y para hacerlo, necesito que todos aquí crean en ello.

Hubo un silencio corto.

Luego, Riva asintió levemente.

—Bien. Entonces empecemos.

La Rueda de Prensa

Minutos después, Luca salió a la sala de prensa, donde las cámaras y los micrófonos lo esperaban.

Se sentó frente a la mesa con Adriano a su derecha y Giancarlo Riva a su izquierda. Silvia se encargó de presentar el evento antes de darle la palabra.

Luca miró a la prensa por un instante antes de hablar.

—Buenos días.

Las luces de las cámaras parpadearon.

—No voy a darles discursos vacíos. Ya han escuchado suficiente sobre cómo Vittoria es un club con historia, sobre cómo la Serie A parece un sueño lejano. No necesito recordarles eso.

Hizo una pausa.

—Estoy aquí porque creo que podemos cambiar esa historia.

Las preguntas no tardaron en llegar.

"¿Qué lo motivó a comprar un equipo en crisis?"

"¿Es verdad que la familia Moretti no está de acuerdo con esta inversión?"

"¿Cuáles son sus planes con el entrenador Massimo Bellucci?"

"¿Habrá cambios en la plantilla?"

Luca respondió con calma, asegurando que su objetivo era construir un equipo competitivo y devolverle la identidad al club.

Cuando la conferencia terminó, salió de la sala con Adriano a su lado.

—Nada mal para tu primer día como dueño de un club —comentó su hermano.

Luca soltó un leve suspiro.

—Esto recién empieza.

Miró el estadio a lo lejos, sintiendo que el verdadero desafío aún no había comenzado.

Después de la rueda de prensa, Luca y Adriano se dirigieron a la sala de reuniones del club, donde los directivos y algunos empleados clave estaban esperando.

Silvia Conti, la secretaria, organizó los documentos necesarios para oficializar el nombramiento, y Angela Ferraro, la directora de comunicación, ya tenía preparada la estrategia para anunciarlo a la prensa y a la afición.

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