El humor, una válvula de escape en el caos, surgió de sus intentos desesperados por mantener la fachada. Mientras pulían los detalles del plan, navegando entre las complejidades legales y las implicaciones mediáticas, Lucía no pudo evitar una sonrisa irónica que transformó completamente su rostro. La discreta asistente y el CEO de doble vida, tramando el mayor engaño de sus vidas en una oficina que había sido testigo de tantos triunfos corporativos convencionales.
—¿Te das cuenta de lo absurdo que es todo esto? —preguntó, su voz teñida de una risa que no llegaba a ser completamente alegre—. Hace doce horas yo era solo tu asistente personal, y ahora estoy conspiirando para reescribir la realidad ante los ojos del mundo.
Daniel la miró, y por primera vez en semanas, sintió que una sonrisa genuina se dibujaba en sus labios. Era tan absurdo que casi rozaba lo cómico, pero había una belleza perversa en esa ironía. La mujer que había permanecido en las sombras durante años se estaba convirt