El tiempo avanzaba, y con él, el embarazo de Elysia se volvía más evidente. Cada día que pasaba, sentía cómo la vida crecía en su interior, una mezcla de amor y temor, de esperanza y dolor. Arius la cuidaba con una devoción inquebrantable, pero los miedos de Elysia no podían ser apaciguados, especialmente cuando pensaba en las pérdidas pasadas. La agonía de los hijos no nacidos, las vidas truncas antes de haber siquiera tocado el suelo, comenzaba a sofocarla de nuevo.
El dolor comenzó temprano en la mañana, una punzada en su abdomen que la hizo doblarse. Era un dolor agudo, extraño, como si su cuerpo estuviera luchando con algo más grande que ella misma. A medida que el tiempo avanzaba, los dolores se intensificaron. Un sudor frío recorrió su espalda y un nudo se formó en su garganta.
"**No, no... por favor, no otra vez.**" Su voz tembló, entrecortada por el miedo. Los recuerdos de sus pérdidas anteriores, de sus hijos no nacidos, la invadieron. La angustia se apoderó de su mente, y s