Cinco meses contigo
Isabella Taylor
El mundo volvió a girar. porque no solo se puede quedar en un solo lugar y en un solo momento.
Después de varias semanas, sintiendo que apenas respiraba, mi cuerpo por fin empezó a responder. Ya no me despertaba en medio de la madrugada con arcadas, ya no pasaba los días abrazada a una palangana, temiendo que cada alimento regresara con venganza. Mi cuerpo, mi fiel enemigo en el primer trimestre, finalmente me daba tregua.
Eran cinco semanas en donde todo en mí se estabilizó.
—Cinco meses, ratoncita —me susurró Luciano una mañana con una sonrisa ladeada, casi tímida, casi rota—. Ya lo estamos logrando.
Y sí, lo estábamos logrando. Juntos, sin definirnos, sin volver a hablar de lo que fue. Solo… coexistiendo. Sosteniéndonos.
Encontrándonos en las cosas pequeñas: una risa, una taza de té, un silencio que ya no incomoda.
Él dormía en el sillón del hospital desde que me estabilizaron. No se fue, No huyó. No me soltó. No hubo un solo día en el qu