El nerviosismo se apodera de mi cuerpo,estoy en su habitación nuevamente y su mirada sobre mi es intensa, pero se siente como electricidad sobre mi piel. No sé si es la adrenalina de la pelea, la persecución de hace un rato, o simplemente el hecho de que estoy aquí, sola con él, en su espacio. Santiago cierra la puerta detrás de nosotros con un clic que suena demasiado….intenso.
No estamos en peligro, pero mi corazón sigue golpeando dentro de mi pecho como si lo estuviéramos. Es lo que provoca en mí, y la fuerte sensación que me atrae a él como un imán. Soy distinta a su lado.
—Siéntate —dice, su voz más baja de lo normal, pero con ese tono que no admite discusión.
Lo miro con el ceño fruncido, pero termino sentándome en el borde de la cama. No porque quiera obedecer, sino porque mis piernas todavía sienten el efecto de la carrera que tuvimos que hacer para llegar hasta aquí. Si no lo hago, probablemente me desmorone de pie y eso es lo último que quiero.
Santiago camina hasta m