Me siento furiosa, me siento humillada, me siento… terriblemente triste.
No es que esperara rosas y chocolates en esta relación, si se puede llamar así al hecho de que haga mal tercio a una pareja de verdad. Pero es que ¿en serio esto?
No puedo creer que haya arruinado completamente nuestra primera cita. Si no deseaba estar cerca de mí, simplemente lo hubiese dicho y ya. No que hizo toda esa faramalla para nada.
Esta sigue siendo su forma de decirme que no me quiere a su lado y yo sigo de tonta aferrándome a seguirlo nuevamente. ¿Hasta cuándo vas a entender, América? ¿Hasta cuándo?
Voy sentada en la moto de Santiago, el aire golpea mi rostro con fuerza y debería estar disfrutando del recorrido, pero solo siento el dolor de mi decepción presionándome el pecho. Me decido, en cuanto lleguemos a nuestro destino, le diré que esta forma de la relación se termina, que yo solo quería que me pidiera salir frente a todos, pero ya no es lo que quiero. No deseo seguir humillán