Despierta II
Rak estaba sentado frente al escritorio de Dima, con la espalda rígida y las manos unidas entre las rodillas. La oficina del Alfa, siempre impecable, parecía más fría de lo habitual. Quizás por el silencio, o quizás por la forma en que Dima lo observaba: sin enojo, pero con una expectativa que hacía difícil respirar.
-Cuéntame exactamente lo que pasó. -Pidió el Alfa, apoyando los antebrazos sobre el escritorio.
Rak tragó saliva.
-Ya se lo dije, señor. -Dijo algo agotado. -Estábamos revisando los huertos, luego los establos. La llevé a ver a los conejos y… uno empezó a comportarse mal. Golpearse contra la jaula. Creo que se asustó demasiado. -Desvió la mirada un instante. -Ana lo tomó para que dejara de lastimarse, pero ya era tarde. Estaba muy golpeado y murió.
-¿Viste algo más? -Preguntó Dima, con una calma que sólo hacía la pregunta más pesada. -Algo fuera de lugar. Algo extraño.
Rak negó sin titubear.
-No, señor. Nada. Ella estaba muy asustada, eso sí. Y cuando el anim