Trabajo Duro
Charlotte se despidió de Ana con un gesto rápido, apurándose hacia el pasillo para atender unas tareas que habían quedado pendientes desde la mañana. Apenas desapareció detrás de una esquina, el comedor quedó más tranquilo, con el murmullo constante de platos y voces lejanas acompañando el aire cálido que contrastaba con la nieve afuera.
-¿Ya decidiste qué vas a hacer? -Preguntó una voz a su costado.
Rak apareció con una bandeja llena, su ojo aún enrojecido aunque menos inflamado, es más, prácticamente curado. Se sentó frente a ella sin pedir permiso, como si fuera lo más natural del mundo.
Ana negó suavemente.
-Todavía no. Voy a probar diferentes cosas. Hay muchas opciones, y no quiero elegir algo en lo que termine estorbando.
-No estorbarías, Ana. -Rak tomó un trozo de pan y lo partió. -Y si lo hicieras, te lo diría. -La mirada de Ana le hizo corregir sus palabras. -Con cariño, o eso intentaría.
La forma tan rápida de corregirse le hizo reír, lo cual parecía ser exacta