—Cómo quieres que me case contigo — en un intento de hablar indignada y molesta solo sale una sonrisa por tal locura — No, ni siquiera nos conocemos — agrego con una pequeña sonrisa apagada ante su silencio y espera de una respuesta ¿Positiva?
—Déjame presentarme linda — inhala profundo — Soy Logan Matthew Walker’s Jones, dueño de la compañía hotelera Walker´s Scott y aunque te suene demente lo que digo — le miro con obviedad — Necesito una esposa — aclara — Y sinceramente te vi llegar y tras analizar durante unos minutos supe que eres la indicada para ese puesto — suelta toda esa información con toda confianza.
—Dudo que sea la indicada — hago una mueca — No estoy pasando un buen momento — agrego completamente desanimada al soltar varios suspiros recordando todo lo que me espera.
—Entonces seré paciente — dice lo menos esperado. Haciendo que vuelva la mirada al tenerla puesta en la laguna detrás de él —Si espere por ti hace más de un año, puedo esperar un poco más — agrega convencido junto a una sonrisa que tontamente me da tranquilidad y cierta calma que no sentía desde hace mucho.
—Sol Smith Williams — me presento extendiendo mi mano al no saber como responder por segunda vez. Él me sonríe para luego tomar mi mano, acercarse y besar mi mejilla dejándome un poco aturdida. Por lo que ni me alejo.
—Es un gusto haberte encontrado Sol — susurra con su mejilla pegada a la mía. Lo que hace que sienta su sonrisa.
—¿Qué te hace pensar que soy una buena persona o candidata para el puesto de “esposa” he? — le pregunto con curiosidad al distanciarse prudentemente de mi — O siquiera que sea una chica apta para llevar el apellido de un empresario tan importante — agrego mirándolo.
—Porque, aunque venías con el corazón hecho trizas, seguías intentando mantenerte altiva y firme. No sé quién eres con exactitud, pero estoy convencido que tú y yo nos llevaremos más que bien — responde él tomando mis manos haciendo que pequeñas corrientes pasen.
—Me sorprendes… — le digo con verdadera sorpresa y cierta intriga, antes de que él diga una palabra más, Félix interrumpe.
—Señorita, ¿El señor la está molestando? — pregunta Félix con seriedad.
—No — niego hacia él y devuelvo la vista al hombre que ahora mira interrogante — Félix, él es Logan — le presento, aunque no sé porque, si de seguro no nos volveremos a ver — Logan, él es Félix, mi guardaespaldas —
—Disculpe la interrupción entonces, pero me llamó Paúl desde el hospital y me dijo que tiene que volver ahora — me dice Félix con seriedad.
—Está bien — le digo asintiendo y soltando un suspiro para volver a mirar a Logan — Me debo ir… Gracias por tu compañía — le digo con sinceridad, por lo que le doy una leve sonrisa, a lo que él me la devuelve más amplia.
Se pone de pie y me tiende su mano por lo que yo la tomo y me paro también quedando casi a la misma altura por mis altos zapatos.
—Está bien linda, pero... — deja la palabra en el aire al meter una mano dentro de su traje y segundos después le veo sacar una tarjeta blanca — Espero me llames — susurra en forma confidencial para volver a besar mi mejilla haciendo parecer de seguro un leve sonrojo.
—Lo tendré en mente — susurro sonrojada guardando la tarjeta en mi bolso con un poco de torpeza.
—Nos vemos — se despide levantando su paraguas para volverlo a colocar sobre su cabeza. dándome cuenta de que se ha mojado su pelo negro un poco desordenado ahora y parte de su espalda y hombros que lo cubre una chaqueta negra y por lo que veo va con una camisa blanca y corbata ploma.
—Adiós — me despido dándome la vuelta, en donde Félix me pone su chaqueta grande en mis hombros primero y también me pasa uno de los paraguas que hasta ahora me doy cuenta de que tiene, por lo que lo tomo para cubrirme y comenzar a caminar a mi paso, ósea lento.
Cuando estoy por doblar la cuadra y salir de la plaza me doy vuelta esperando verlo. Sin embargo, lo rebusco entre la poca gente que va cruzando por la plaza y no lo encuentro.
—La policía está esperando señorita — interrumpe mi búsqueda Félix.
Suspirando asiento con lentitud. Para luego girarme y emprender camino otra vez al hospital, pensando en todas las cosas que han pasado hoy y sabiendo que no tendré calma hasta dentro de mucho tiempo.
0—0—0—0—0 Narra Logan
0—1 año con 2 meses atrás—0
Me encuentro en la oficina mirando desde la gran ventana con mi taza de café en mano, tratando de tomar un pequeño respiro para comenzar otro día de trabajo. Son exactamente las ocho en punto de la mañana, lo que me indica que en un par de segundos debería de entrar Emma mi asistente por esa puerta y así sucede.
Escuchó unos golpes en la puerta y tras un — adelante — de mi parte, ella entra sonriente, sin embargo, me mantengo sereno y distante, no me gusta hacer amistades con los empleados y no es precisamente por mirarlos en menos es solo que aprendí la lección de separar el trabajo y mi vida fuera de esta empresa hace un tiempo atrás.