—Buenos días, señor Logan, venía para avisarle que su padre está aquí, me acaban de llamar de recepción y quiere hablar con usted — toda calma y paz que había podido reunir se van más rápido de lo normal. Y lo único que se me viene a la mente son futuros problemas y dolores de cabeza.
—¿Viene solo o acompañado? — le preguntó aparentando estar tranquilo mientras camino a mi escritorio con normalidad. Al llegar me acomodo en la silla giratoria y cierro los ojos mientras echo mi cabeza hacia el respaldo.
—Viene solo Señor, ¿Quiere que le diga que está ocupado? — iba a decir que si, que le dijera que estoy muy ocupado, sin embargo, solo me quede con las palabras en la mente, porque alguien entra a la oficina y no necesito abrir los ojos para saber que él ya está aquí, no me queda de otra.
Esta vez fue más rápido que las anteriores veces.
—Señorita Emma puede retirarse — le digo acomodándome con los ojos fijamente en mi padre que se encuentra en la entrada mirando descaradamente a mi asistente y antes de que ella salga él habla.
—Emma hermosa, tráeme un café cargado y te recuerdo que aún está en pie la salida — le pide esté, a lo que Emma sólo coloca cara de asco sin poder evitarlo.
Como siempre y es que la entiendo. Ella solo tiene veinticuatro años y mi padre tiene cincuenta y uno, sin embargo, se conserva muy bien y eso hace que su ego suba por las nubes.
Como iba diciendo comprendo su reacción, por culpa de él y Harry no me duran mucho las secretarías, todas se terminan enganchando de ellos. Me pasó una vez también a mí.
El involucrarme con mi asistente, pero esa vez no fue por ellos dos que todo terminó, sino con quien menos me lo esperaba.
Cuando creía que todo era perfecto sin embargo no todo podía salir bien, creía que iba a ser como lo típico, enamorarse y terminar casado con mi asistente o secretaria como la llamen, pero todo se fue abajo. Paso hace poco, diría que unos dos meses atrás en donde mi supuesto amigo de toda la vida soltó a los cuatro vientos que había mantenido una relación amorosa con la que supuestamente me juro amor eterno y con la que tenía interés de formar algo serio, ya saben, presentársela a mi madre, casarme con ella y todo, sin embargo, luego de la confesión de Adrián todo cuadro, entendí el porqué de su rechazo de conocer a mi madre, el rechazo de que yo conociera a los padres de ella. Todo tomó forma y es que ella ya había hecho eso con él y para peor, yo lo sospechaba.
Alan, mi otro amigo también me lo advirtió, solo dejé que el tiempo dijera todo. Me enteré días después de la confesión que se iban a casar, hasta me llegó invitación, aunque aún no es la boda y la verdad es que si dolió.
No fue tanto por ella, sino por mi “amigo”, con el que compartí tantas cosas desde que nos conocimos, sin embargo, no entendió que hay cosas en la vida que no se pueden compartir. En fin, a ella la despedí y él se fue por su cuenta de la empresa, por lo que he sabido por el momento les está yendo bastante bien. Volviendo al presente mi padre ya se ha sentado enfrente de mi escritorio, tras haber cerrado la puerta.
—¿Cómo has estado hijo? — me pregunta cínicamente como siempre, lo sé porque cada vez que viene es por algo y dudo que esta sea la excepción.
—¿Qué quieres papá? — le pregunto de forma cortante, colocando mis codos en el escritorio para juntar las manos y mirarlo fijamente, estudiando cada uno de sus movimientos.
—Por quién me tomas — dice este con notorio sarcasmo.
—Ve al grano, ¿qué quieres? Tengo un día ocupado — le recuerdo a la defensiva.
—Necesito dinero para... — no lo deje terminar porque siempre viene a lo mismo, no se cansa.
—Y tú sabes que de mí no sacaras nada, la abuela te da una mensualidad y déjame repetirte por… — suspiro — La verdad ya perdí la cuenta de las veces que has venido… Es una suma bastante buena, considerando que no haces nada para ganarla — le digo observando que he tocado su orgullo y es que es verdad, mi padre no trabaja, es un mantenido de mis abuelos.
—¡No me hables así Logan! — exclama parándose del asiento para verse más demandante, sin embargo, eso no funciona conmigo.
—Y cómo quieres que te hable si lo único que haces es gastar el dinero en irte a los casinos, con una mujer diferente cada día. Ni siquiera pagas luz o agua porque sigues viviendo en casa de mis abuelos. Que descaro el tuyo, ¿No lo crees? — le digo tratando de mantener la cordura y no armar tanto escándalo.
—Soy tu padre Logan… Además, que tú también estás a costilla de ellos — dice fingiendo afecto por mis palabras y con maldad en las suyas.
—Créeme que sé que eres mi padre, sin embargo, no has hecho nada por recibir el título de “padre”. Cómo puedes ser tan sínico de decir que vivo a costilla de ellos, ¿Que no ves que por lo menos yo trabajo? Espera, no conoces esa palabra y dudo que si te lo explico lo vayas a entender con claridad — le digo sarcásticamente para sacarle de sus casillas y se vaya de una vez por todas.
—Sabes que te tienes casar Logan — dice cambiando drásticamente de tema por lo que lo miro mal al usarla cada vez que siente que va perdiendo — Porque de lo contrario tendrás que dejar todo en manos de Harry y él sé que no me negará nada — agrega sonriendo y acomodando su ropa para volver a sentarse.
—Y tú sabes que el abuelo me dio tiempo — le digo harto de lo mismo. Ya que siempre viene a recordármelo, sin embargo, aún no encuentro a la indicada y mi abuelo lo sabe. (Lo sé, es demasiado estúpido lo que digo sin embargo son los valores y de la forma en la que mi madre me enseño y no quisiera defraudarla al llevar a cualquier chica ante su presencia y preséntala como novia o algo más).
—Puedo hacer que se adelanten las cosas Logan, quizás tu abuelo o tu madre no lleguen a ver la luz de los próximos años, yo que tú, pienso bien las cosas — amenaza y esta vez sacándome de quicio.