La llamada misteriosa se convirtió en una obsesión para Nicolás, no le dijo nada a Lía, en lugar de eso, usó sus contactos, los del circuito clandestino de carreras, el nombre del hombre, obtenido a través de un amigo en telecomunicaciones, era “Erik Thorsen”.
Nicolás investigó, Thorsen era noruego, dueño de una cadena de concesionarios de autos de lujo y, en el pasado, patrocinador de equipos de rally extremo. Tenía dinero, influencia y, según el rumor, una pasión desmedida por las máquinas únicas. No parecía un sicario de Skarsson, parecía exactamente el tipo de cliente que el proyecto “Andersen Custom Engineering” necesitaba.
Aun así, Nicolás no era tonto, por precaución acordó una reunión en un café céntrico, a plena luz del día, él y Tobías se reunirían con él primero para tantear el terreno, si olían alguna trampa, se irían.
Mientras tanto, la transformación pública de Mikkel era meticulosa y calculada, las fotografías empezaron a aparecer en las revistas: Mikkel Skarsson, sali