Lía se despertó temprano, Mikkel dormía a su lado, lo observó por un momento, ese hombre en verdad era guapo, había dormido con él y no había huido durante la noche como acostumbraba hacerlo, eso era un gran avance, recordó la entrevista a la modelo, “ese hombre sabe lo que hace” “Y vaya que lo sabe.” Pensó.
Se levantó de la cama con cuidado, tenía hambre y se acordó de que la noche anterior no habían hecho la compra, fue directo a la cocina, tendría que tomar alguna pastilla, las piernas le dolían horrores, abrió la heladera, dentro solo había botellas de agua, refrescos y algunas botellas de vino. No había nada para el desayuno.
"Genial", murmuró, tenían que llegar a tiempo a la oficina porque Mikkel tenía algunas citas, pero no podían irse con el estómago vacío.
Decidió salir a buscar algo, así que se dio una ducha rápida, se puso unos jeans y una sudadera, agarró la tarjeta de crédito y salió del departamento, afortunadamente, en esa zona de Copenhague había varias cafeterías. Ent