Mikkel notó el nerviosismo de Lía y la razón él la sabía, pero quería ayudarla a superar el dolor de su pasado.
—Sí. Christopher, ¿tienes el equipo? —preguntó mientras bajaban del auto.
El chofer bajó y abrió el maletero y sacó dos trajes especiales para motociclista, y dos cascos.
Lía observó aquel equipo, luego a Mikkel.
—¿Esto es en serio? —preguntó, sintiendo por un momento que Mikkel no debió hacerlo, había investigado su pasado con Diego y sabía el dolor que le provocaba.
—Completamente.
En ese momento, dos hombres llegaron con dos motocicletas de cross, los colores eran los de Skarsson Motors.
A Lía se le iluminaron los ojos al verlas, eran hermosas, pero luego, la duda apareció en su rostro.
—Mikkel —dijo— hace mucho tiempo que no compito.
—Entonces es hora de que vuelvas —dijo él— sólo seremos tú y yo, aquí no hay público, no hay presión, no hay apuestas, sólo nosotros y la pista. Por algo se empieza.
Ella miró las motos, luego el rostro de Mikkel, se dió cuenta de que él