Capítulo 20
Eres mi destinada
Logan caminó hasta su camioneta sin decir una palabra. Eira lo siguió en silencio, con pasos lentos. Apenas pudo subir al vehículo, aún presionando su vientre con disimulo. Él se sentó frente al volante y la miró de reojo.
—Aquí. Siéntate a mi lado… donde pueda verte.
Ella obedeció sin discutir. No quería más problemas. No después de todo lo que ya había vivido.
—Sabía que podías recuperarte con facilidad —soltó Logan de pronto, mientras arrancaba.
—No sé de qué hablas —respondió ella con cautela, sin atreverse a mirarlo directamente.
Él soltó una pequeña risa, su mirada se tornó incrédula.
—Sé lo que escondes, Eira. Sé que tu cuerpo sana más rápido que el de un Alfa. Sé que te ocultas en esa cabaña cada vez que puedes. Te he dejado… porque quería ver hasta dónde llegarías.
Eira se quedó atónita. Nunca imaginó que Logan supiera tanto. Creía que se salía con la suya, que lo engañaba, que él no la vigilaba. Pero no. Siempre lo supo. Siempre la observó.
—Bien