Capítulo 52
El hogar de Minhos
El joven alfa no sabía qué hacer al ver el cuerpo de Eira entre sus brazos. Su piel, habitualmente cálida y llena de color, ahora se veía pálida como la luna en una noche nublada. Apenas respiraba. Minhos podía sentir cómo su pecho subía y bajaba de forma débil, casi imperceptible. Era como si una parte de ella se hubiera desconectado del mundo.
—¡¿Qué ocurrió?! —preguntó Luna al llegar corriendo, alarmada por el rastro de energía mágica que había sentido. Se agachó de inmediato y trató de canalizar su propia magia hacia Eira, invocando un suave resplandor dorado en sus manos. Pero fue inútil. La magia no surtía efecto alguno.
—No pude contenerme… —respondió el joven con su voz grave y ahora cargada de culpa, como pocas veces él aún seguía en shock. Su mirada estaba perdida en el rostro inconsciente de Eira.
—Lo mejor será llevarla a la casa —dijo Luna con tono firme, pero preocupada. --. Minhos, creo que ella usó todas sus fuerzas para sanarte… esa herid