Capítulo 45. El mayor dolor...
Leonardo llegó a la empresa, subió a su piso y, al recorrer el pasillo principal, se encontró con que Emma ya estaba en su oficina, con la puerta entreabierta y corriendo las cortinas del ventanal para dejar entrar la luz del sol.
-Buenos días, señora Fritz. Ha llegado muy temprano hoy.
Ella lo miró con una sonrisa limpia. Llevaba una camisa de un vivo color turquesa y una falda gris perla, como si deseara borrar el luto del día anterior.
-Buenos días. Usted también llegó muy temprano… ¿A qué se debe?
-Quería revisar bien los posibles puestos para el prometido de Susan, y supongo que tendremos que organizar una reunión con el directorio para comunicar lo sucedido con las acciones de Aaron Stuart.
-Bien, tiene razón. Yo quería revisar las cosas en las que mi padre estuviera trabajando e ir a su oficina… pero no junté ánimo aún. Habría que reasignarle un puesto a su secretaria. Es una buena oficina… más amplia que la suya… ¿Le gustaría tomarla usted? También podría tener a su secretar