Luciana condujo de regreso a casa en piloto automático, su mente reproduciendo dos escenas en loop infinito: las fotos de Ethan besando a Isabelle, y el momento en la oficina de Stefan cuando casi se dejó besar.
Aparcó en el garaje de la mansión. Su teléfono vibró, iluminando el interior del auto con luz fría.
Chloe: ¿Dónde estás? Estamos preocupadas. No has respondido en horas.
Luciana: En casa. Necesito estar sola esta noche.
Chloe: Lu, no deberías estar sola. Vamos para allá.
Luciana: No. Por favor, Chloe. Solo necesito... procesar. Mañana hablamos.
Hubo pausa larga antes de que Chloe respondiera.
Chloe: Está bien. Pero si nos necesitas, llamamos. A cualquier hora. ¿Entendido?
Luciana: Entendido. Las amo.
Guardó el teléfono y salió del auto con piernas que apenas la sostenían. Entró a la mansión, las luces automáticas encendiéndose a su paso, iluminando espacio vacío. Subió las escaleras, y entró a su habitación donde se dejó caer en la cama, permitiendo que el llanto la consumier