Ares volvió a visitar a Selene,cada vez se volvía más estrecha la relación entre ellos.
— No es tan fácil como parece,yo deseo cambiar de vida,en serio.
— Más de lo mismo,ya estoy cansada de tantas promesas de cambio,es estupido creer en alguien como tú.
Selene miraba por el balcón de su apartamento mientras hablaba con Ares.
Él escuchaba en silencio con esa mirada intensa que, a pesar de las circunstancias, lograba encender una chispa de esperanza entre ambos.
— De ahora en adelante tus visitas se limitan,no te quiero ver metido aquí todos los días.No quiero que te hagas falsas esperanzas de que volveré a ser tu mujer.
Los ojos de Ares se humedecieron,casi a punto de derramar las lágrimas.
Por un instante se miraron a los ojos y el amor se puso de manifiesto.
—Selene, escúchame —dijo Ares, rompiendo el silencio que se había instaurado entre ambos—. Lo que siento por ti es real. ¡Deberíamos reavivar el amor!
Sus palabras resonaban en su mente como un eco. El deseo de escapar con él