Shantal lo mira fijamente entrecerrando los ojos y se resigna a acercar la silla de ruedas. Se asegura de que las ruedas estén bloqueadas y baja los apoyabrazos para prepararse. Jake extiende los brazos y la rubia vacilante, se coloca en posición para ayudarlo a levantarse, moviéndose con cautela como si el hombre estuviera cubierto de suciedad, en lugar de apenas cubierto.
La rubia se dobla por las rodillas para brindar apoyo con los hombros mientras también tira de Jake hasta una posición semierguida. Desde afuera, parece un abrazo apretado, aunque incómodo.
Jake se arriesga a rozar la mejilla de Shantal con la suya antes de sentarse en la silla de ruedas, y casi podría considerarse un accidente, si no se hubiera demorado un segundo más ante el electrizante contacto de piel con piel. No sabe por qué lo hizo y se inclina a culpar a las medicinas por convertirlo en un gatito hambriento de afecto.
Shantal lo mira fijamente a los ojos, pero no con su habitual mirada tranquila, típica de